Logo-símbolo de las Pequeñas Comunidades

Logo-símbolo de las Pequeñas Comunidades
Este moderno diseño que ilustra esta nota es el logo-símbolo de las Pequeñas Comunidades de San Cipriano, que este año cumplen 11 años de existencia. Se reunen una vez a la semana, hora y media en la noche, comparten la Palabra, se forman, comparten su fe y todo lo que son. Una vivencia contemporánea inspirada en Hechos de los Apóstoles. ¿Usted ya se vinculó a una de estas Comunidades? Comuníquese y no se arrepentirá!

martes, 4 de enero de 2011

Preservar la familia

Dentro de los ataques que esta recibiendo la humanidad actualmente, se encuentran dos peligros que afectan el futuro de la sociedad: el aborto, como un ataque frontal contra el derecho a la vida, y de otra parte, la tendencia a generalizar las relaciones libres de pareja, la descomposición de la familia y como consecuencia de lo anterior la prevalencia de la vida de placer, de irrespeto por el otro y en general de infelicidad.

Los cristianos necesitamos sobreponernos a estas influencias fatales del maligno, en su propósito de atacar a la Iglesia Católica y a todo el Pueblo de Dios.




Algunas de las conductas que conviene seguir son las siguientes:


  • Acercarnos más a Dios y a la Iglesia Católica, a traves de la oración, la asistencia a las Eucaristías y a la escucha de la Palabra de Dios. Solo así podemos conocer la voluntad de Dios para nuestras vidas y hacerla vida en nuestros actos.


  • Cada padre o madre de familia debe re-examinar su compromiso con el Señor, cuando decidió con su pareja crear un hogar y traer hijos a esta vida. El compromiso decia que "prometo serte fiel en la alegría y en el dolor, en la prosperidad y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad". Y nunca nadie dijo que esto fuera por un mes o por un año.


  • Comprender que para hacer un hogar estable y duradero es indispensable practicar los valores que Cristo nos enseñó: el Amor, el Perdón, la Humildad y la Nobleza, la Recta Intención de nuestros actos que nace de proceder siempre con la verdad, la solidaridad y el apoyo mutuo, enmarcados en una fe verdadera en Cristo Jesús como centro de nuestra familia


  • Vivir la vida sacramental de la Iglesia: el bautizo, la confirmación, la comunión, la penitencia y reconciliación y el matrimonio. Frecuentar la Eucaristía y dejarnos conducir del Señor, como verdadera fuente de vida y salvación.


  • Comprender que en la vida de pareja se presentan dificultades de relación y disgustos. Pero que frente a ellos ambos miembros de la pareja deben construir acuerdos, perdonarse mutuamente y dar un buen testimonio de tolerancia y a mor a sus hijos. Así lo hacen quienes logran mantener su unión matrimonial por toda la vida. No es un imposible.

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